ATRI, ya como punto de partida, propone la utilización de componentes industrializados, combinados, eso sí, con partidas de puesta en obra de estos componentes, de acondicionamiento y acabados.
Las tres condiciones principales que nos trajeron desde el principio a proponer el uso de componentes industrializados son:
1) Opción de temporalidad o reversibilitad.
2) Ligereza que facilite el transporte y la ejecución de remontas y extensiones.
3) Minimizar los plazos de ejecución para agilizar la implementación de soluciones a la situación de emergencia.
Otra de las razones para esta propuesta era la idea que el uso de materiales trabajados de forma industrial y modular, debido a su reversibilitad y especialmente cuando se trabaja con materiales reutilizados, reciclados o renovables, da como resultado sistemas constructivos mucho más sostenibles que los convencionales.
Partiendo de la metodología propuesta por Gerardo Wadel, y adaptándola a las necesidades específicas de este estudio, hemos procedido a la comparación de los siguientes sistemas constructivos:
La inclusión a la comparativa del sistema constructivo que denominamos «convencional», el más extendido en la construcción de vivienda en Cataluña, es sólo paratomarla como baremo de referencia.
La comparativa de sistemas no deja duda posible sobre la insostenibilidad, en términos relativos, del sistema que tomamos como construcción convencional. Esta afirmación es válida en términos generales pero lo es especialmente cuando partimos de los requisitos del sistema #ATRI.
La construcción modular en hormigón no la tendríamos que descartar de entrada, pero se tiene que reconocer que su peso y las grandes dimensiones de los módulos la hacen poco recomendable para su utilización en entornos urbanos consolidados en los términos que propone #ATRI. Además, sus índice ecológicos, a pesar de acercarse, no llegan a las ventajas de los otros sistemas considerados.
La construcción modular ligera, basada en unidades tridimensionales, sea en acero, madera y mixto resulta óptima cuando el entorno viario de la promoción permite el acceso de los camiones y la ubicación de la grúa. Si además se basa en medidas ISO, aptas por el transporte convencional por carretera, su viabilidad se potencia, de cara tanto a la estandarización del proceso de diseño y las posibilidades de reutilización de material.
El caso particular de la madera presenta unas necesidades de mantenimiento por encima del resto de sistemas, pero cumple todo el resto de requisitos con unas prestaciones que la hacen igualmente interesante.
Se ha prestado especial consideración a la variante de estructura metálica que se basa en los contenedores de transporte ISO. Esta variante, muy trabajada, presenta muchas ventajas, que van desde el precio a la coherencia ecológica pasando por la practicitat en transporte, montaje y desmontaje. Trabajos previos y el propio desarrollo de estos estudios demuestran que su limitación dimensional no es obstáculo insalvable en el momento de conseguir distribuciones espaciales interesantes.
La construcción basada en elementos bidimensionales en acero, madera y combinaciones de los anteriores tienen muchas de las ventajas de sus ‘parientes’ tridimensionales, pero en este caso son especialmente aptos para emplazamientos de obra con limitaciones de acceso, como podría ser el caso de cascos antiguos.
Un camino muy interesante y con mucho recorrido es la combinación de sistemas, como por ejemplo la combinación de módulos tridimensionales con medidas ISO formando los núcleos estructurales rígidos con intersticios forjados con elementos industrializados bidimensionales o incluso unidimensionales. Este sistema, por ejemplo, hace compatible la utilización de módulos ISO en solares trapezoidales.